La lengua es la gran olvidada en la rutina de higiene bucal diaria. Muchas veces después de cepillarnos los dientes puede quedarnos la sensación de suciedad aún en la boca y puede ser por una limpieza oral deficiente. No mantener una lengua limpia puede contribuir además a tener mal aliento. El uso del limpiador lingual puede ayudar a llevar una higiene bucal más completa.
Para todos ya es conocida una buena rutina de higiene y completa, cepillarse los dientes durante mínimo dos minutos, uso de hilo dental y colutorio y el limpiador dental.
En la lengua encontramos la gran mayoría de bacterias de la boca, si no se limpia de forma correcta y diariamente estamos ayudando al crecimiento de más bacterias dentro de la cavidad oral.
Mucha gente cree que para limpiar la lengua basta con pasar las cerdas del cepillo o la parte corrugada que presentan algunos cepillos en la cara opuesta de las cerdas. Este sistema no ofrece una verdadera limpieza lingual. Existen utensilios diseñados para limpiar la lengua y se conocen como limpiadores linguales o raspadores linguales.
Este limpiador o rascador se encarga de limpiar rascando la superficie de nuestra lengua haciendo disminuir considerablemente la cantidad de bacterias linguales y ayudando a no tener mal aliento.
Muchas personas desconocen su existencia y su uso por lo que también pueden desconocer donde conseguirlo, se pueden encontrar en farmacias y son artículos bastante económicos.
Después de cada cepillado sacaremos la lengua fuera de la cavidad oral y pasaremos el limpiador por la superficie de esta desde la parte más interna hasta la punta de la lengua. Entre pasada y pasada hay que aclarar el limpiador y cuando finalicemos limpiarlo con agua y jabón.
Una lengua limpia contribuye a mantener una boca sana.